Playeras estilo Rinbros con un feísimo estampado de Campeón. 87 soldados de la cerveza Sol, cuya única misión era ensuciar con sus letreritos toda escena susceptible de quedar perpetuada en la memoria. Un festejo tercermundista digno de una liga Neanderthal, que coronó al equipo menos malo de su torneo exprés.
Las ligas del futbol sapiens también concluyeron el domingo. Mucho se ha escrito ya del discreto, cuando no nulo rendimiento de los mexicanos en Europa; pero poco se ha dicho de los semidioses extranjeros que emigraron a un futbol de verdad en los últimos años.
Vicente Sánchez: Unánimemente elegido como el mejor futbolista que pasara por aquí en los últimos tiempos. Hace 18 meses que se fue al Schalke y desde entonces metió un solo gol. El equipo alemán quedó en octavo lugar… su peor registro en 10 años.
César Delgado: Quien no afirmase en algún momento de éxtasis que al Chelito le venía pequeña nuestra liga, puede tirar pedradas. Hace un año y medio por fin se fue y desde entonces completó el 25% de los partidos como titular amén de dos goles. Luego de salir campeón durante siete torneos seguidos, Lyon quedó tercero.
Aquivaldo Mosquera: El vanagloriado mejor defensa del futbol mexicano jamás logró afianzarse con la titularidad del Sevilla y, al no tener nivel para jugar en un equipo de Champions League, hoy encabeza la lista de transferibles.
Diego Colotto fue titular en apenas nueve partidos del Depor, Esteban Solari nomás metió un gol en el Almería (… y de penal), Emanuel Villa hizo tres con el Derby County y casi desciende a tercera división, igual que el Celta de Ariel Rosada.
Las ridículas fallas de Dante y Calero en la Gran Final retratan el nivel de nuestro grotesco torneo. El desempeño de sus figuras cuando salen a un mundo mejor no deja lugar al debate.