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Asco ascenso

La Liga de Ascenso es un pueblo fantasma donde ya apenas sobreviven 13 equipos. Y descontando.

A los campeones de Segunda División se les niega sistemáticamente la licencia para ascender a la antes llamada Primera A. Los equipos que deberían descender a la Liga de Ascenso, de acuerdo al sistema de competencia (Lobos BUAP, Veracruz…), pagan para no hacerlo y al cabo de seis meses se esfuman sin dejar rastro, con la destreza de Beto el Boticario. La Liga de Ascenso queda en consecuencia, reducida a un desesperante limbo, al que nadie desciende, nadie asciende y donde el resto, poco a poco desaparece ante el ridículo libro de requisitos que impone la FMF a todo aquel que guste mantener tan insulsa membresía.   

Con impune cinismo los magnates de las televisoras, cementeras, bebidas y casas de apuestas que tienen secuestrado al futbol mexicano, han abolido el flujo natural de ascensos y descensos que en el resto del mundo tiene como objetivo premiar el trabajo serio y castigar el desmadre. No hay manera de consolidar un proyecto deportivo desde la base, porque no hay ninguna que sostenga a la pirámide. 

El sistema cierra de antemano las puertas a cualquier intruso que ose aspirar a un pedazo de su pastel, menos aún si viene con un proyecto deportivo serio que lo lleve a primera división por la vía deportiva. La única opción práctica para tener un equipo en primera es pagar directamente en ventanilla el precio de una franquicia en primera división, sin cimientos ni nada, para que pronto desaparezca del mapa como Jaguares, Veracruz o muy pronto Juárez.

Una vez en el tiempo Cruz Azul ascendió a primera división. Antes lo había hecho Pumas. Tigres y Monterrey también llegaron a instalarse tras ganar la segunda división. Como en su día, Morelia y Toluca. Hoy, la división que existe para curtir proyectos, madurar futbolistas, arraigar aficiones y fungir como centro de readaptación deportiva para aquellos que caigan de primera división es, en México, una nauseabunda kermés que solo sirve para recordarnos aquella canción de los Perritos: «De los 13 que tenía, de los 13 que quedaban…»