Cuando puse el video en Youtube me sentí embaucado. Había oído que en Internet circulaba un escandaloso striptease de Belinda ante su webcam, y no resultó más que una estafa del perverso aparato propagandístico que opera alrededor de la artista… y cuya víctima más reciente se llama Giovani Dos Santos.
Una vez caduco el efecto de aquel pseudo desnudo en Messenger, nada mejor en el manual del buen marketero que maquilar una relación amorosa con otro personaje del medio. Eso sí: joven, soltero y famoso. Y como lo de apuesto era mucho pedir, Gio se ajustó mejor que nadie a ese perfil.
El ejército que trabaja en la imagen y promoción de Belinda: eruditos del marketing, pero iletrados en futbol; no reparó en que Giovani era una figura en declive, que en todo el año solo acaparó titulares tras evacuar, luego de ser arrancado con espátula, un antro londinense. Y aún así, la jugada les salió a pedir de boca.
Desconozco el incremento del rating en la telenovela Camaleones como consecuencia de la relación de Belinda con Giovani y de hecho, me vale gorro. Lo importante es que, sin proponérselo, la estrategia de fabricar esta cursi historia de amor adolescente ha relanzado la carrera del futbolista.
Además de que ahora hasta una desentendida como mi mamá sabe quién es Gio, ligarse a la estrella del momento sirvió para inyectarle una autoestima que ha desempantanado a ese ídolo con el que todos soñábamos. Ahora Dos Santos vuela por derecha, por izquierda, alza la cabeza, anota y asiste como le enseñaron en la mejor escuela del mundo: La Masía del FC Barcelona.
Claro que la inminente eclosión de Jonathan en el Barça también le ha servido de acicate. Lo único que no puedes permitirte como futbolista en este país es que te supere un gringo, tu hermano menor o una vieja. Nos vemos en futbolsapiens.com