¿Cómo es posible que Juan Carlos Osorio no rotara contra Nueva Zelanda? ¿Qué México no tiene equipo suficiente como para descansar a los titulares contra Nueva Zelanda? ¡Era Nueva Zelanda, por Dios! ¿Para qué exponer a nuestros mejores jugadores a una lesión contra Nueva Zelanda…? Algo así habrían escrito, con toda seguridad, el colega de aquí al lado, el de la otra esquina y los de los otros periódicos si Osorio hubiera repetido el once de Portugal. ¡A que sí!
Pero ¡oh sorpresa! el entrenador de la selección rotó, como hace siempre. Y como México no goleó y hasta casi pierde, hoy se vende leña por doquier. También como siempre.
Desde casi siempre México compite y hasta domina a las mayores potencias del orbe, y así lo ratificó ante Portugal. Igualmente le cuesta apabullar a las naciones futbolísticamente menos desarrolladas, como luego evidenció frente a Nueva Zelanda. México juega de igual a igual con cualquiera… Y cualquiera juega de igual a igual con México. Así ha sido siempre.
¿Cuándo ha goleado la Selección Mexicana a cualquier rival en una Copa del Mundo o Confederaciones? Nunca, eso no ha pasado. ¿Recuerdan tan siquiera un 3-0? ¿Nunca, verdad? El aclamado equipo de Ricardo La Volpe empató 0-0 contra Grecia y Angola. La refrescante selección de Miguel Herrera venció 1-0 al peor equipo del Mundial pasado, mejor conocido como Camerún. Pero siempre esperamos lo que nunca ocurre.
México consintió que Nueva Zelanda llevara el partido a un terreno físico, el único en el que podía competir. Luego de un nefasto primer tiempo la selección empató, le dio la vuelta al marcador y si tan solo Jurgen Damm tuviese una noción básica del concepto finalización, hasta habría goleado como todos irresponsablemente le exigían.
Días antes nos habían contado que México bailó a Portugal, aunque Memo Ochoa nos salvó varias veces de un fulminante 1-3 y que el portero rival, en cambio, no apareció más de una vez.
La selección lleva muchos años acomodada en la clase media-alta del futbol. Es una selección mediana dentro de la élite. Su lugar es la media tabla de cada Mundial. Su puesto en su pico de forma más elevado (Confederaciones 2005) fue cuarto entre ocho competidores. Y a pesar de tanta y tan concluyente evidencia para diagnosticar la medianía del equipo, sus medios no aceptan, siquiera conocen términos medios. Paradojas de siempre en el país del nunca.