1. La distribución de boletos en JJOO es patéticamente democrática. Los mismos pases para cada continente, sin importar su peso. Por lo tanto, no van Italia, Alemania, Francia y lo más importante: no va Argentina.
2. Tampoco nos aguardan las históricas potencias africanas: Camerún, Ghana, Nigeria y Costa de Marfil. Sí va Senegal, pero el futbol africano ya no es lo que era.
3. Aunque México también cuenta con ausencias notables, las selecciones de Suiza y Gran Bretaña mandan equipos demasiado light. Además, desde 1992 los europeos no existen.
4. La excepción es España. Puede dejar en casa a varios cracks, en la banca a otros tantos, reforzarse con platos de segunda mesa, y aún así ser los únicos claramente superiores a México y al resto.
5. Traen a Pato, Ganso, Neymar, Hulk, Marcelo y Thiago Silva. Pero seamos serios: ¿quién es Brasil? Ha ganado las mismas medallas de oro en futbol que nuestra selección nopalera.
6. Parece broma pero México ya es potencia en selecciones de edad limitada. Dos campeonatos del mundo sub 17, tercer lugar del último Mundial sub 20, Rey de Toulon. El siguiente paso es obvio.
7. México fue cabeza de serie. Y si hay cuatro cabezas de serie, el objetivo mínimo de cada una es alcanzar semifinales, ¿no? Lo contrario significaría no estar a la altura de las expectativas.
8. Si México queda en primer lugar de grupo, evita a España y a Brasil en cuartos de final. Y si México queda en segundo lugar… ¡también! ¿Así o más papita?
9. Tenemos a una muy correcta generación de futbolistas. Y no destaco en ella a Gio Dos Santos, ni a Marquito Fabián, ni a “Barrerita” Aquino… sino a ese milagro de la naturaleza llamado Héctor Herrera.
10. Si no nos animamos a reclamarle ni un broncesito en Juegos Olímpicos al único deporte al que se le invierte en este país, entonces ¿en qué lo vamos a ganar? No existimos en waterpolo, ni en balonmano, ni en vóley, ni en básquet, ni en hockey. Ni varonil ni femenil. Mientras otros países vibran con distintos representativos, aunque pierdan… aquí no nos dan ni a oler otro deporte de conjunto que no sea el de siempre. Si el futbol acapara la atención absoluta de un país tan grande, mínimo debe optar a una medallita, aunque no sea la del color que más brilla.