1. De Maracanazo a Mineirazazazazazazazazo a Brasiliazazo… Antes de que Alemania lo somatizara en Belo Horizonte, Brasil había jugado 99 partidos oficiales en casa, con balance de tres derrotas. Contra Paraguay perdió en la Copa América 1949. Contra Uruguay en el famosísimo Mundial del 50. Y la última, contra Perú en 1975. La selección de Felipao es lo suficientemente patética como para conseguir que el hecho de que Brasil pierda un partido en casa parezca normal.
2. Holanda fue el peor equipo de la Euro pasada. Holanda venía con un plantel que a comparación de su vecina Bélgica daba pena. Holanda trajo a van Persie y Sneijder en bastón y silla de ruedas. Holanda puso a una defensa casi íntegramente extraida de la Eredivisie, una liga donde se defiende rozando el amateurismo. Holanda llegó sin Strootman y sin van Ginkel (van der Vaart estorbaba, la verdad). Pero Holanda tenía a van Gaal. Y a Robben. Y se la rifaron con el tercer lugar.
3. Se confirmó la maldición de Moctezuma en su segunda derivación. No es solamente que el equipo que elimina a México nunca sale campeón, sino que aquel que osa dejar a México en segundo lugar de grupo, es incapaz de eludir su destino que invariablemente lo conduce a caer en el partido por el tercer lugar. Le pasó a Holanda en el 98, a Portugal en 2006, a Uruguay en 2010 y ahora a Brasil en su propio Mundial. Eso sí, cuando México pasa en primer lugar de su grupo, como en 1994 y 2002 nanai con el cuarto puesto. Los dioses del futbol son culeros.
4. ¡Qué conveniente habría sido que Mauricio Pinilla clavara su disparo a la red en lugar de estrellar el balón en el travesaño! Se jugaba el último minuto del tiempo extra contra Chile y lo que parecía un milagro a favor de Brasil, era en realidad la peor de las sentencias. Avanzar de ronda significó a la postre perder 1-7 contra Alemania y 0-3 contra Holanda. Brasil pudo morir de vergüenza en octavos de final contra Chile, pero habría sido una forma preferible de morir: con el cuerpo entero, en lugar de descuartizado en 10 cachitos.
5. Sólo hay algo más humillante que tener que jugar el partido de consolación por el tercer puesto cuando te llamas Brasil y juegas el Mundial en casa. Y ese algo más humillante es perder ese partido de consolación. Ahora bien, perder el partido por el tercer puesto y encima por goleada, cuando te llamas Brasil y juegas en casa no es humillante, ni deshonroso, ni ofensivo, ni vergonzoso, ni degradante, ni vil… No hay diccionario de sinónimos que logre definir adecuadamente la situación del país organizador.
6. Y eso que por fin mandaron a la banca a Fred. El pequeño problema fue comprobar otra vez que hasta Yo soy mejor que Jo.
7. Louis van Gaal salió con su once de gala (Sneijder se le lesionó en el calentamiento). Se le vio sonriente, disfrutando de lo lindo la victoria y eso que, según él, el partido no le interesaba. Al final puso a jugar un minuto al tercer portero Vorm y con ello pudo darse el lujo de hacer jugar a todos y cada uno de sus 23 convocados al Mundial. Con un técnico así, si yo fuera el Chícharo, no me iría del Manchester ni a patadas.
8. En la decoración del Toque Inicial mundialista había una taza verde-amarela que tenía una estrella junto al número 1958, dos estrellas junto al 1962, tres estrellas junto al 1970, cuatro estrellas al lado del año 1994, cinco estrellas en 2002 y sí: seis estrellas junto al número 2014. ¡Ilusos! Lo de Brasil es la Copa Confederaciones. Han ganado las tres últimas y con ello se han convertido automáticamente en favoritos a ganar el Mundial del año siguiente. Error. Cada vez que Brasil sale favorito es fracaso seguro. Nadie daba medio real por ellos hace un año cuando luego jugaron la Confederaciones y sorprendieron a España. Entonces nadie se atrevió a pensar que el resultado fue más producto de la debacle española que de la progresión brasileña. Un año después pudimos comprobar que en aquella confederaciones entre Uruguay, España, Italia y Brasil no pasó nada: tan sólo venció el menos malo.
9. La pregunta ya no es si podrán ganar la Copa del Mundo. Tampoco si serán capaces de mostrar un mínimo de dignidad para no ser goleados en el partido por el tercer lugar. Hoy la cuestión es cómo diablos le hará Brasil para clasificarse al Mundial de Rusia. Veo desde ya favoritos a Argentina, Chile y Colombia. Los brasileños, a pelear con Uruguay, Ecuador, Venezuela y Paraguay por otro boleto. Para mí que huele a repechaje.
10. Sólo diez equipos en la historia habían sido capaces de repetir en el podio de los tres primeros durante dos Mundiales seguidos. La Holanda de Sneijder, Robben y van Persie se convirtió hoy en el undécimo equipo en conseguir la complicada hazaña.
11. Brasil 2014 ha derrumbado unos cuantos mitos respecto a nuestra idiosincracia. Por ejemplo pensábamos que éramos los únicos capaces de homenajear a los nuestros por quedar fuera en octavos… hasta que vimos las multitudinarias recepciones a Uruguay, Chile o Argelia. Creíamos que la afición mexicana era la única del mundo que le gritaba «ole» al rival por despecho, luego vimos a los pobres brasileños hacer lo mismo. Pensamos que éramos los únicos que siempre perdemos en octavos y… bueno, en eso si que nadie nos iguala.
12. Todo iba tan bien en las primeras semanas. Los europeos se derretían, los africanos mordían el polvo y los asiáticos ni las manos metían. América era, más que nunca, para los americanos. Sólo quedaba comprobar si los del norte podíamos tundirnos a los del sur. Pero hoy todo está en su lugar. Holanda tercer puesto, Alemania en la final y dos europeos subidos al podio como en todos los Mundiales de la historia, se jueguen donde se jueguen. Las únicas excepciones fueron Argentina 78, Brasil 50 y Uruguay 30. De hecho, la presencia de Argentina en la final es la primera de un equipo no europeo desde Corea-Japón 2002.
13. Quizá ya nadie se acuerde de Savio. Era mi jugador favorito de la niñez. Mi idolatría hacia el extremo zurdo brasileño era especial porque se trataba de mi primer «descubrimiento». Lo vi por primera vez entrar de cambio en algún resumen de algún partido del Flamengo en algún programa de algún canal de deportes y a partir de ahí fue como si creciéramos juntos: se hizo titular, lo convocaron a la selección olímpica, luego a la selección mayor… Tanta era mi admiración que saviobortolini fue mi primer contraseña de Hotmail. Moría por verlo en Europa y de pronto, ¡zaz! se lo lleva el Real Madrid. Estoy harto de los futbolistas: son unos golfos que a los 32 años me siguen rompiendo el corazón. Les ofrezco mi cariño, mi pasión y todo para que ellos, a la primera oportunidad le hagan ojitos al puto Real Madrid. Me pasó con Hagi, me pasó con Savio, me pasó con Zidane, me pasó con Robben, me pasó con Özil, me pasó con Modric. Y ahora con James Rodríguez. Espero que mi otra vez admirado Robben o mi aún idolatrado Müller (lo de aún es porque ya estoy resignado a que tarde o temprano me la va a aplicar) le quiten el Balón de Oro.
14. Tato y yo estamos por cumplir la cuarentena juntos y tras muchas horas de sana convivencia y tolerancia, creo que empezamos a desvariar. Hoy nuestra discusión nocturna degeneró en el debate sobre la posibilidad de la existencia del dios del fuego. Me rendí luego de insistirle en que, a pesar de que yo creo que no existe, de que estoy 99 punto infinito número de nueves seguro de que no existe, de que apostaría mi casa a que no existe; siempre hay una pequeñísima posibilidad de que exista mientras nadie compruebe lo contrario. Para él no existe y sanseacabó. Fui incapaz de que le otorgara el mínimo beneficio de la duda a la teología. Pero bueno, eso es lo de menos cuando a unos días de volver a Connecticut no he logrado que aprenda a enrollar la bolsa y cerrar la caja del cereal para que las hojuelas no se hagan correosas. Tengo menos autoridad que Felipao.