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Brasil 2014 Reflexiones Mundialistas

14 Reflexiones de Brasil 2014 | Días 24 y 25

1. Falta medio día para que dé inicio uno de los más grandes espectáculos que pueden ponerse al servicio de la humanidad en estos tiempos: Brasil – Alemania, por un pase a la Final de la Copa del Mundo. Un partido cuya única obligación es ser recordado por el resto de nuestros días.

2. Y ahí estaré yo sentado en segunda fila del Estadio Mineirao de Belo Horizonte. No pretendo ser presuntuoso con esta reflexión, sino agradecido: con la educación que me dieron mis abuelos, con las oportunidades que tuve en TV Azteca, con mil quinientos factores coludidos durante mi vida para que una empresa del tamaño de ESPN decidiera mandar al asiento 3, fila B, puerta E a un pobre diablo como yo.

3. Cuatro veces subcampeones, nadie ha perdido más finales del mundo que Alemania. Cinco veces eliminado en semifinales, nadie se ha quedado más veces en la orilla que Alemania. Lineker es más ruin que Pinocho: en realidad el futbol es un deporte de 11 contra 11 y al final, o un poco antes siempre pierde Alemania.

4. Su primera sequía duró 4 Copas del Mundo (1930-1934-1938-1950). La segunda fue de otras cuatro (1958-1962-1966-1970). Luego pasaron apenas tres (1978-1982-1986). Nunca en la historia, hasta el Mundial de 2010, Alemania había dejado pasar 5 Mundiales sin levantar la Copa (1994-1998-2002-2006-2010). A lo mejor, como les comenté anteayer, sólo se trate de que en algún remoto e inexplorado lugar esté escrito que todo aspirante a bordar su escudo con la cuarta estrella ha de esperar 24 años, como sucedió con Brasil e Italia…

5… O a lo mejor, simple y llanamente de un tiempo para acá Alemania está cruzazuleando. Hace 18 años ganaron su último título (Euro 96). A partir de ahí los vimos perder la final del mundo contra Brasil en 2002. Luego fuimos testigos de sus tropiezos contra Italia en las semifinales del mundo 2006 y de Europa 2012. Entre ambos descalabros, también los vimos estrellarse contra la pared española en la final de la Eurocopa 2008 y semis del Mundial 2010.

6. Las tres reflexiones anteriores no son más que un desesperado intento para echarle la sal a Brasil y evitar así que gane el Mundial. Que quede claro.

7. Ahora bien, se dice que Brasil es favorito a ganar la Copa del Mundo por jugar de local. Y sin embargo, sólo un país en los últimos 35 años logró ganar el Mundial en casa (Francia, 1998). La estadística tiene trampa si consideramos que nadie le daba posibilidades a organizadores como México, Estados Unidos, Corea o Sudáfrica… ¿Pero qué me dicen de España en 1982, Italia en 1990 o Alemania en 2006?

8. Declaraba Buffon, aún sudoroso tras la derrota contra Uruguay, que esperaba que el árbitro del partido se regresara a casa como ellos. Se quejaba en específico de la expulsión a Marchisio. Pues no se le hizo. Otra vez el vilipendiado arbitraje mexicano demuestra estar por encima de nuestros futbolistas. Codesal llegó a una final, a diferencia de la selección. Archundia llegó hasta al sexto partido, en contraste con la selección. Y ahora Chiquimarco alcanza las semifinales con las que guajiramente soñaba nuestra selección. Ya si lo escogieron o no tras una exhaustiva investigación que comprobó su inclinación a pitarle a favor a equipos vestidos de amarillo, es harina de otro costal.

9. Brasil Vs Argentina sería la final de finales (están tan obsesionados por enfrentarse que nada me alegraría más que cumplieran su sueño… pero en el partido por el tercer lugar, para que se les quite). Alemania Vs Argentina sería la final definitiva, tras los dos episodios anteriores en 1986 y 1990. Holanda Vs Alemania sería una final retro, revancha de 1974. Y Holanda Vs Brasil sería la final contradictoria, entre dos equipos que se supone siempre han llevado la bandera del futbol ofensivo y que hoy en día son más ratoneros que Jerry y Speedy González.

10. De hecho el único de los cuatro semifinalistas que pretende proponer, cuidar el balón y gustar con más o menos éxito es al que históricamente todas estas pendejadas le han valido gorro. Me refiero a Alemania, para los despistados.

11. Holanda y Brasil ratoneros, Alemania abanderado de la magia. Pensaría que este mundo está de cabeza si no fuera por Argentina. Ellos siguen a lo suyo: jugar a nada y rezarle al número 10, pónganle Mario, Diego o Lionel.

12. Como habrán notado en las fotos que les subí en exclusiva, hoy tuve medio día libre en mi apretada agenda y eso dio lugar a que dos grandes por fin nos reuniéramos. 🙂

13. Si a John Lennon, que aparte de ser John Lennon era cristiano, le fue como en feria por atreverse a fanfarronear que los Beatles eran más famosos que Jesucristo; si la debacle de los Borbotones inició a partir de su álbum titulado «Más grandes que Jesús…» ya me imagino la que me puede caer por la reflexión número doce. Ante mi falta de sentido común, apelo a que todos echen mano de otro sentido, el del humor, para no ser crucificado. ¡Ouh!……………… Ya en serio, espero que nadie se sienta ofendido, soy un tipo respetuoso en esta materia, aunque me empeñe en disimularlo.

14. En el tour al Corcovado tripulaba un enviado de 1.90, bigote y cuyo guardarropa no parece haber sufrido ninguna actualización desde principios de los 80. Según su acreditación de prensa, el amigo viene a cubrir la Copa del Mundo para un medio de Moldavia, país lo suficientemente recóndito como para que su existencia sea ignorada por Facebook, que le está poniendo una inexplicable rayita roja debajo del nombre. El caso es que este amigo, cuyo nombre no recuerdo y de todos modos jamás ventilaría, pero al que podemos decirle Borat; no hizo más que meterse el dedo en sus ventanas nasales, extrayendo hasta el último residuo de sus membranas mucosas durante todo el tiempo de espera, que no fue poco. ¿Reconocerá Borat, como yo, ser un afortunado de la vida? ¿Le parecerá normal que envíen a un tipo como él a cubrir el Mundial? Pensé en preguntárselo para matar el tiempo y de paso descubrir cuáles son los talentos que llevaron a la radio de Moldavia a bendecir a un tipo como él, pero el simple hecho de que pudiera ofrecerme la mano al final de la conversación me orilló a morirme con la duda.