Hace frío. Los partidos de liga hacen lo suyo para calentar los fines de semana, pero al emerger el síndrome del domingo por la noche, no hay quien nos salve. Las heladas y nostálgicas tardes de martes y miércoles son especialmente insufribles.
Hace meses un señor de traje sacó las bolitas tiranas que confabularían los octavos de final más apetecibles en la historia del futbol europeo. Los pocos ‘Davides’ habían escapado a la masacre. Entonces el invierno era apenas un feto.
La espera ha sido cruel, pero a todos los que preferimos el Toblerone al Tin Larín, nos ha llegado la hora del empacho: La Champions League está de vuelta. Y de qué manera.
Juventus y Real Madrid son sencillamente los clubes más intratables de la historia en Europa… Y también doctores consumados en victorias inmerecidas. ¿Quién se atreve a apostar en contra de alguno?
Si del presente se trata, nadie guarda mejor semblante que Chelsea y Barcelona. Pero por muchos merecimientos, no podrán avanzar juntos, y uno de ellos tendrá que resignarse a andar únicamente por casa hasta el final de temporada.
Milan y Manchester United protagonizarán otra carnicería entre todopoderosos. Ogros de sus ligas y héroes fuera de ellas, tan sólo imaginarlos frente a frente eriza la piel.
Otro tanto ocurre con el duelo entre Arsenal y Bayern: un entrañable episodio más de las batallas entre ingleses y alemanes; aunque uno y otro mantengan poco o nada de sus respectivos países.
Porto, el mal querido campeón de Europa le pese a quien le pese, se las verá con el único equipo que aun no se ha duchado con el sabor de la derrota. Entre Copa, Liga y Champions, Inter suma 36 partidos sin perder (18 victorias y 18 empates). Se los juro.
Goliat ha sido clonado y orillado a enfrentarse a sí mismo hasta en cinco escenarios. El invierno también muere y no hay tiempo que perder. »Die Meister… Die Besten… Les Grandes Equipes…. The Champions» ¿Oyen la melodía?