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Fútbol internacional Real Madrid

¿Don Quijote o Cid Campeador?

“Ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.”(Don Quijote, antes de enfrentar a los molinos de viento.)

Noventa y seis millones por Cristiano, 65 por Kaká. El alma encomendada al más ganador de los habitantes que gravitan sobre este planeta. Una máquina diseñada con una sola y obsesiva encomienda: vencer.

Pero el Madrid no está ganando.  Al menos no al nivel del Madrid de Pellegrini: el más ganador de todos los tiempos, y que análogamente lo perdió todo. Hablo de la competición que se juega todas las semanas, la favorita de José Mourinho, la que siempre gana dos veces ahí donde se pare, donde suma nueve temporadas (dios mío…. ¡9 años!) sin perder en ninguna de las casas de las que suele mudarse al cabo de dos o tres años.

Y sí. Real Madrid será el equipo más ganador, tendrá a los futbolistas más ganadores, dirigidos por el técnico más ganador. Pero eso no se refleja en la tabla de posiciones. Y cuando la razón de tu existencia se limita a ganar, tus pocos empates, tus casi nulas derrotas se magnifican. 

Entonces aparecen los molinos de viento contra los que lucha Mourinho: calendarios monstruosos, arbitrajes traicioneros, prensa abominable; cualquier ridiculez que ponga sobre la mesa le funciona para manipular a placer. El término convencional le es tan ajeno como el de derrota y él, cada que toma el micrófono genera nuevos amigos en Valencia, Gijón, Pamplona, La Coruña o Málaga… como si no fuéramos suficientes los antimadridistas gestados en los años previos a los encantos de Mou y Cerresiete. Como si el infierno requiriera fuego.

Así las cosas, cada partido en el Santiago Bernabéu tiene tres resultados posibles: victoria, victoria o victoria. Pero cuando al Madrid le toca visitar aquellos feudos a los que previamente su entrenador ninguneó se derrama gota a gota la hemorragia de puntos ante equipos que, históricamente imposibilitados de pelear por el título, encuentran su razón de ser en el robo de puntos al Barcelona o al Real Madrid; y que entre ambos suelen decantase por los segundos: más irritantes y menos buenos.

Tres meses son un mundo y al Madrid le sobra tiempo para acabar con la sequía, como le corresponde a un club fundado para ganar, a un técnico que no sabe perder básicamente porque nunca lo ha hecho, y a una doctrina resultadista que lo admite todo… menos el fracaso.