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El Rey Loco

El Ascenso MX es la competencia más selectiva del mundo. Lo digo en serio. Llegar ahí desde Segunda División es más difícil que ganar la Champions diez veces seguidas, ya que apenas se disputa un ascenso entre medio centenar de equipos y el que consigue la proeza de imponerse al resto siempre acaba por sucumbir ante el ridículo libro de requisitos de la Federación Mexicana de Futbol, diseñado para inhibir los sueños de toda plaza humilde y honrada que ose ambicionar al profesionalismo sin pasar a caja para comprar directamente una franquicia. 

Descender a la Liga de Ascenso también resulta un viacrucis. Demanda constancia y metodología en la cosecha de malos resultados, algo muy difícil de lograr en una liga marcada por su histórica irregularidad. A Tecos le costó 20 años lograrlo. A poco que te encarriles durante unos meses por la senda de la victoria, ya no hay vuelta atrás al infierno. Sólo quien es capaz de acumular seis torneos deprimentes se gana el ingreso al selecto grupo de 16 equipos que integran ese adefesio malhecho al que en su momento bautizaron como Primera A. 

Si consultan el nombre de los últimos 67 campeones del futbol mexicano leerán Guadalajara apenas tres veces. Si se ponen a husmear campeones de Copa empezando por 1970 no encontrarán una sola ganada por Chivas. Y si pescan manuscritos de Concacaf hundidos en el Mar Muerto, comprobarán que el último éxito internacional del Rebaño fue hace más de 50 años. Pero al fin las Chivas parecen dispuestas a hacer historia de una vez por todas.

Un simple ejercicio aritmético contrasta la penosa degradación sufrida por el Guadalajara desde 2012. América ha sumado 99 puntos más que el Guadalajara en poco más de tres años. ¡99 puntos! 

Más de 15 Directores Generales destituidos, casi 25 entrenadores despedidos y hasta una esposa cesada por un tipo cuyos índices de incompetencia y terquedad sólo son superados por su terminal locura. El iluso que dijo aquello de que todo tiene remedio en esta vida menos la muerte, no tuvo el disgusto de conocer a Jorge Vergara.