En deportes las cosas buenas ocurren cada cuatro años: los Juegos Olímpicos de Verano e Invierno, el Mundial, la Eurocopa… Es la medida exacta.
La espera se gesta en 48 meses. Al paso de los días se convierte en expectativa, deseo, ilusión, impaciencia y, justo cuando se está al borde de la desesperanza, ya han transcurrido cuatro años y es hora de contemplar otro pedazo del mito.
Hoy, la agonía es mayor, pues la Copa del Mundo de Japón y Corea, fue un ejercicio tan miserable que pareció gritarle al mundo que el buen futbol solo se vería en la Copa Europea de Naciones. Y aquí estamos. Por fin hemos llegado a Portugal: nuestra temporal tierra prometida. 16 países, 31 juegos y 24 días de genuino agasajo nos esperan.
La competencia será tan voraz como leal. No habrá concesiones. Para muestra, nadie ha podido refrendar su título en la historia de las Eurocopas; al tiempo que sumamos 20 años sin que el organizador sea capaz de ganar el evento. No obstante, son dos de las grandes decepciones de aquel Mundial para olvidar quienes parten como favoritos a disputar la gran final de Lisboa: Francia, el campeón; y Portugal, el local.
En un engañoso segundo plano aparecen las superpotencias del Viejo Continente: Alemania e Italia, cimentados de por vida en un favoritismo respaldado a pulso, mientras otros decepcionan sistemáticamente.
Y a pesar de ello, el magnetismo de España, Holanda e Inglaterra es irresistible. No importa cuántas veces fracasen, o cuánto tiempo lleven atrapados en la mediocridad; una vez más esperaremos a que al fin liquiden sus complejos y ahora sí, respondan a las expectativas que generan en los grandes eventos.
República Checa y su Balón de Oro Pavel Nedved acumulan todos los requisitos para entrar en este grupo de élite en la elite. Y aunque hace unos años habría sido algo menos que ridículo reconocerlo, hoy solo echaremos de menos a Turquía. Impotentes ante la maldición que reza que ningún tercer lugar del Mundial logrará su pase a la Euro, la visa a Portugal fue declinada para los animadores de Corea y Japón.
Henry, Van Nistelrooy, Raúl, Totti, Ballack, Zidane, Figo, Beckham y algún otro que saldrá de las tinieblas para convertirse en un nuevo personaje de dibujos animados bien valen la espera. Demuéstrenos el futbol en su versión pura: Hermoso deporte que degustamos cada cuatro años.