Muchas palabras valen para esbozar la aventura de Neymar en Barcelona, pero ninguna lo define mejor que mentira. Desde el «Neymar costó 57 millones de euros ¡y punto!», del ex presidente hasta el «Neymar no se irá del Barça, 200% seguro», del presidente… pasando por el celebérrimo y torpe «Se queda», del futuro presidente. Entre 2013 y 2017 la credibilidad del Barcelona se doctoró en nulidad.
Pero Neymar jamás mintió. Se fue de Santos como un mercenario, no sin antes orillar a su club de niño a cerrar sus equipos femenil y de futbol sala para poder pagarle su último salario. Y tarde o temprano se irá del PSG… seguramente cuando el Real Madrid lo considere rentable. Neymar padre nunca ha tenido empacho en admitir que su hijo es una empresa. Y como tal responde a las leyes del mercado para asociarse con quien mejor le pague.
Juventus debió desprenderse de Pogba, el Liverpool de Luis Suárez y el Manchester United de Cristiano Ronaldo. Todos parecían resignados a que Barça y Real Madrid fueran los únicos vestidores blindados. Aunque las circunstancias sean demenciales, que Neymar deje al Barcelona es bueno para el futbol en términos competitivos.
El Barcelona también gana y si no, al menos se purifica involuntariamente. Se quita de encima un futbolista que transmite más antipatía que admiración, que causó más dolores de cabeza (renovarlo cada año, solaparle sus fiestas y viajes, consentirle una rara tendencia a acomodarse los zapatos Nike en los momentos menos oportunos del partido…) que alivios y alegrías (su contribución al triplete 2015 y poco más). De paso, el Barça corta relaciones de tajo y tal vez para siempre con un régimen perverso como el qatarí, que ensució su camiseta, estadio y alma durante demasiado tiempo.
Otra cosa es que los 222 millones de Euros le rendirán poco. Para empezar, la suma no representa más que un reembolso por todo lo que se gastó en el brasileño en concepto de fichaje, comisiones, primas, sueldos, multas y mordidas. Luego, y ahora que los jugadores que valían 110, cuestan 220; tendrá que pagar 100 millones por uno que valga 50… y 150 por uno de 75. Así las cosas, debe escoger a uno entre Dybala, Griezmann, Coutinho, Dembele o Mbappe, pues al pobre ni siquiera le alcanza para dos.