Las tres Champions Leagues ganadas por Keylor Navas, la de este mismo verano incluso, ya son historia: metal con poco peso en la balanza. Es tiempo de abrirle paso al mejor portero del Mundial recién finalizado, el arquero del equipo sensación de Rusia 2018: Thibaut Courtois. Que Navas haya sido el mejor portero de Brasil 2014 no tiene ya ninguna importancia y, por más que muchos se atrevan a considerarlo entre los mejores del mundo, la realidad es que hoy por hoy, siendo aún un buen guardameta, no es nivel top. Su figura en los últimos dos años siempre ha estado bajo la lupa y, aunque salvó al Madrid en incontables ocasiones, la llegada de Courtois representa un upgrade en confianza, solidez y hasta juego aéreo. Es normal que ahora Keylor se sienta despreciado y arrinconado a un lugar legendario en el museo, ahí donde difícilmente llegará Courtois, pero así ha sido siempre…
Las tres Champions Leagues ganadas por Iker Casillas, la de este mismo verano incluso, ya son historia: metal con poco peso en la balanza. Es tiempo de abrirle paso al mejor portero del Mundial recién finalizado, el arquero del equipo sensación de Brasil 2014: Keylor Navas. Que Casillas haya sido el mejor portero de Sudáfrica 2010 no tiene ya ninguna importancia y, por más que muchos se atrevan a considerarlo entre los mejores del mundo, la realidad es que hoy por hoy, siendo aún un buen guardameta, no es nivel top. Su figura en los últimos dos años siempre ha estado bajo la lupa y, aunque salvó al Madrid en incontables ocasiones, la llegada de Navas representa un upgrade en confianza, solidez y hasta juego aéreo. Es normal que ahora Iker se sienta despreciado y arrinconado a un lugar legendario en el museo, ahí donde difícilmente llegará Navas, pero así ha sido siempre…
La historia se repite una y otra vez desde 1958, cuando a un tal Juan Alonso, portero ganador de las tres primeras Copas de Europa, le trajeron al argentino Domínguez para quitarle el puesto y mejorarlo. Si Real Madrid ha sido una empresa tan exitosa durante 60 años es, en buena parte, porque no tiene ningún órgano debajo del tórax que condicione sus decisiones.