18. Rusia: Potencia mundial en doping, hackeo, hooliganismo y todo aquello que no tenga que ver con patear un balón.
17. Marruecos: Atención a su entrenador que, además del más guapo del Mundial, convierte en oro todo lo que toca.
16. Egipto: El apoteósico Salah lidera a la selección más digna de África… con todo y su portero de 45.
15. Suiza: Ni buenos, ni malos. Ni rockstars, ni desconocidos. Nadie le teme, pero todos le respetan. Fiel neutralidad suiza.
14. Dinamarca: Generación joven, brillante y talentosa que pondrá a prueba los índices generalmente bajos de temperatura en su pecho.
13. Polonia: Un crack, un futbolista muy bueno por línea y un sorteo favorable son sus credenciales de caballo negro.
12. México: Empezar contra Alemania y terminar contra Brasil parece la crónica de un quinto partido sistemáticamente interrumpido. A ver.
11. Uruguay: Cuando parece que esta generación no da para más, le cae del cielo el grupo de la vida.
10. Croacia: Gran mediocampo, buenos delanteros, mal portero, peor defensa. Su talento individual es inversamente proporcional a su nivel colectivo.
9. Colombia: La sensación del Mundial pasado llega con cuatro años más de experiencia… y esta vez con Radamel Falcao.
8. Inglaterra: Al Cruz Azul de las selecciones no hay quien le salve. Kane y Sterling harán lo que puedan.
7. Portugal: El campeón de Europa es un equipo tosco, lento, aspero, desesperante y, sobre todas las cosas: ultra competitivo.
6. Argentina: A veces pienso que la Copa del Mundo necesita ser ganada por Lionel Messí, aún más que viceversa.
5. Bélgica: De Bruyne, Hazard y Mertens no podían llegar en mejor momento. El aparato defensivo sí que deja dudas.
4. Francia: La colección más grande de cracks en el mundo. Tristemente, solo pueden escoger 23, y después a 11.
3. Alemania: Demasiado de donde escoger. Corre el riesgo de equivocarse y respetar jerarquías más que los estados de forma.
2. España: Cada puesto, exceptuando al delantero, está cubierto por uno de los tres mejores del mundo en su posición.
1. Brasil: Tienen todo: equilibrio, varios cracks al servicio de Neymar y, tras tamaño ridículo en 2014, sed de venganza.