Javier Duarte ostenta el muy loable título de gobernador más corrupto en la historia de México. Además de dominar las artes de suministrar medicinas rebajadas con agua a niños con cáncer, asesinar decenas de periodistas, desaparecer centenares de cuerpos y desviar 3 mil millones de dólares de recursos federales, Duarte aún se dio tiempo de regalarle en 2013 y sin documentación de por medio, el uso del estadio y las instalaciones del Veracruz a un gánster de menor linaje como Fidel Kuri. A partir de entonces empieza una historia que acapara los capítulos más vergonzosos del futbol mexicano contemporáneo.
¿Para qué club trabajaba Ángel «el Pato» Fuentes, denunciado por canjear favores sexuales a cambio de oportunidades en los equipos de fuerzas básicas? ¿Al entrenador de qué equipo se le ocurrió la puntada de tener a dos veteranos (Chávez y Mosqueda) sin sueldo «hasta que demuestren y se lo ganen»?
¿Qué equipo fue castigado por FIFA y perdió los seis miserables puntos conseguidos durante todo el torneo por no pagar un traspaso al Montevideo Wanderers? ¿Sobre quién vuela un nuevo castigo por parte del máximo organismo por adeudos con su ex jugador Matías Cahais? ¿El propietario de qué institución llamó mandilón y mercenario a su técnico… encima de no pagarle?
¿A quién le cerró las taquillas la PROFECO por abusar con los precios de un partido contra el América? ¿El estadio de qué club fue sede de la barbarie en un juego contra Tigres, ahí mismo donde Kuri zarandeó impunemente a un señor de 65 años, aparte de Presidente de la Comisión de Arbitraje?
¿Las elecciones de qué estado fueron coaccionadas cuando Kuri amenazó que su equipo cambiaría de sede si no ganaba el PRI? ¿El escudo y los jugadores de qué club fueron utilizados para desfilar en un acto partidista?
¿Qué cuadro suma 39 partidos sin ganar y está a cuatro del récord Guinness? ¿Qué escuadra sufrió la peor goleada en la historia de los torneos cortos (2-9 ante Pachuca)?
La respuesta a cada una de las retóricas interrogantes termina con zeta. Y todavía no hemos abordado la glorificación de los dobles contratos y el impago al personal actual. Si el Veracruz tuviera dignidad, habría dejado de presentarse a dar lástima hace muchos meses. Si la FMF tuviera decencia, habría censurado el macabro plan que convirtió al ascendido La Piedad en el equipo de Javier Duarte hace un sexenio. O mínimo le hubiera permitido descender cuando cumplió con todos y cada uno de los requisitos que en el resto del mundo orillan a segunda división.