Si algo le sale bien a los turcos es lastimar los huevos del prójimo. Para romper pelotas se pintan solos. Así ha sido siempre: desde Constantino el Grande, que por sus polainas decidió trasladar la capital del Imperio Romano a Estambul; hasta los turcos otomanos, responsables de la Caída de Constantinopla, asalto que marcó el fin de mil años en los que la humanidad se dedicó básicamente a perder el tiempo en lugar de jugar futbol, descubrir América o inventar Internet.
Conviene pues nunca subestimar a los turcos, quienes algo de palmarés acumulan en conquistas europeas; llámense decadencia del Imperio Romano de Occidente, fin de la Edad Media o Copa UEFA del año 2000.
Demasiado rústicos para ser plenamente europeos y muy progresistas como para considerarles del Medio Oriente; dicen que la barba les crece a los dos minutos de rasurarla, que disfrutan rompiendo ladrillos con la cabeza y que pueden sostener hasta 50 tenedores con la boca. Es difícil no simpatizar con estos especímenes, más aún para todo aquel que haya transitando hambriento en cualquier madrugada europea hasta vislumbrar un delicioso kebab al rescate.
La mayoría son seguidores del Avrupa Fatihi. De hecho, Barcelona y Real Madrid son los únicos equipos del mundo que superan al club turco en followers de Twitter. Merecen mucho más, pero con el Galatasaray se dan por bien servidos. Surrealistas mosaicos en 3D para cobijar la salida de los jugadores o el récord Guiness de 132 decibeles en el nuevo Ali Sami Yen (una moto acelera a 110 decibeles, un trueno alcanza 120) son sólo algunas de sus gracias. Ryan Giggs, quien algo tiene qué decir tras llegar a los mil partidos afirma nunca haber visto algo semejante.
Ahora este sui generis equipo donde Muslera mete goles y Felipe Melo ataja penales (fuente: Youtube); se presenta con los dos únicos héroes no blaugranas de la Champions League: Sneijder 2010 y Drogba 2012. Da igual, pues aquí los mejores del mundo están en la tribuna.
Aunque en el sorteo de mañana bailarán el invencible Barcelona, el gigantesco Madrid, los imponentes alemanes, la renacida Juve, el millonario PSG y el temible Málaga; si alguien cruza los dedos para que le toque Galatasaray es que se le zafó un tornillo: esa turca está espantosa.