Frente a frente es mucho más que el Barcelona. Lo demostró al principio de la temporada con la goleada en Mónaco, y lo refrendó el mes pasado en el Sánchez Pizjuán: es capaz de bailar al todavía campeón de Europa hasta jugando con diez.
Su cuadro es sólido y está plagado de jugadores tan ambiciosos como talentosos. Tiene todo para llevarse el trébol y sin embargo, no es más que un equipo copero, al que le da frío a la hora de dar el gran golpe de autoridad en la Liga. El Sevilla quiere y puede salir campeón de España, pero no sabe cómo.
El Valencia en cambio, sí que sabe. Ya lo hizo dos veces en el último lustro. Su plantel es tan autosuficiente que medio equipo puede lesionarse, y la otra mitad salir sancionada tras una pelea barrio bajera, sin que a nadie se le extrañe en el once titular.
De no haber perdido partidos imposibles, ahora mismo sería puntero; pero prefirió apostarle todo a la Champions League: su único pendiente histórico. El Valencia puede y sabe cómo llevarse el título liguero, pero no quiere.
Real Madrid sabe y quiere… pero no puede. Con el plantel más limitado de su historia reciente, ya hizo bastante con ponerle los pelos de punta a sus rivales.
El equipo no juega a nada y la buena suerte suele caducar pronto, así que acabará peleando tan sólo por un puesto en la próxima Champions. Ya lo verán.
Y es que al peor Barcelona de los tres últimos años le sigue alcanzando con la inercia para ser líder. Sólo requiere un par de cosas para ganar sus partidos: que el rival sea asequible y de preferencia, que juegue Etoo. Así que según el calendario, nada más le queda perder contra el Atlético.
Los periódicos de Madrid podrán vender todo el humo que gusten, y los de Barcelona pueden cagarse de miedo si así lo desean; pero el único equipo de España que quiere, puede y sabe es el Barça. Y por eso va a ganar la Liga.