Categorías
Sin categoría

Bien buena

Al cumplir su condena tras las rejas de la Serie B, a la Vieja le dio Alzheimer. Su intachable reputación se había ido al suelo en 2006, cuando la acusaron de robarse las dos joyas más nuevas de su colección de scudettos. Tras salir, olvidó su bien ganada fama de dama distinguida.

El primer año, al menos, se la abrochó un galán de lana como el Chelsea, pero luego bajaría el listón. La temporada siguiente ni siquiera pasó la fase de grupos, tras sufrir los abusos de un Bayern que le metió cuatro estocadas en su propia mansión de Delle Alpi, antes de que fuera demolida. 

A partir de ahí la amnesia transitoria tornó en demencia senil. A la Vieja se le olvidó hasta acabar entre las seis primeras damas de la Serie A. Fueron dos años enteros en los que una señora de semejante alcurnia cayó demasiado bajo. Una primavera se dejaba cortejar por un pobre diablo como el Fulham, capaz de remontársela con un 4-1 y a la temporada siguiente no pasaba ni de la fase de grupos de la Europa League, deshonrada ni más ni menos que por el Lech Poznan de Polonia. Ni siquiera en eventos de mala muerte como la Coppa Italia supo hacerse respetar en los últimos 20 años. 

Las cosas cambiaron recientemente. Al menos en casa, La Vieja volvió a demostrar quién lleva los pantalones y se ganó cuatro scudettos consecutivos para sumar 33 alhajas, menos las dos confiscadas. Pero aún el año pasado sufrió varias degradaciones a la hora de sacar su pasaporte: no pasar la fase de grupos de la Champions y luego, no ser capaz de meterse a la final de la Europa League, banquete que ella misma organizaba. Equipos como Galatasaray y Benfica seguían bajándola por los chescos con preocupante impunidad.

La llegada de Allegri fue mejor remedio que la uña de gato. La Vieja terminó con todos sus achaques: desde la pérdida de memoria hasta la celulitis. Señora de suculenta delantera y firme defensa, el futbol celebra el regreso definitivo de una de sus más ardientes amantes. Una escuadra bien buena de pies a cabeza.