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El secuestro de la Liga MX

Los Illuminati de Baviera, los Caballeros Templarios, el Porcellian Club de Harvard, la logia de los magios (aquella que se reservó el derecho de admitir a Homero…) Millares de sociedades de acceso restringido se han creado desde tiempos inmemoriales. Ninguna tan hermética como la Liga MX.

Las televisoras, telefónicas, cementeras y bebidas que gobiernan la Federación han instalado un sistema que cierra las puertas a cualquier intruso que ose aspirar a un pedazo de su pastel, menos aún si viene con un proyecto deportivo serio que lo lleve a primera división.

Villarreal y Eibar en España, Sassuolo y Empoli en Italia, Hoffenheim e Ingolstadt en Alemania, Bournemouth en Inglaterra… Equipos organizados y trabajadores de ciudades diminutas que se han asentado en la élite, gracias a un sistema de ascensos y descensos que condena a los malos y premia a los buenos. ¿Qué empresario local y honesto en México se va a animar a seguir su ejemplo cuando aquí no existen los ascensos?

Leones Negros y Dorados son apenas las dos últimas víctimas de la tabla de cocientes: el brutal ritual de iniciación al que son sometidos los recién llegados. Desde que Pachuca ascendió en 1998, solo tres equipos ¡tres equipos! han logrado instalarse o reinstalarse en Primera: Puebla, León y Tijuana. De ellos, solo Xolos es un equipo nuevo, como en su momento lo fueron Cruz Azul, Pumas, Tigres, Monterrey, Morelia o Toluca: clubes que ascendieron para quedarse e incrementar el nivel de la liga. Pero el futbol mexicano ya no produce clubes de futbol reales.

Querétaro, Veracruz, Jaguares y hasta Santos pasaron directamente a ventanilla para comprar el lugar en primera que no supieron ganarse en la cancha. Tampico Madero, en medio de incidentes degradantes perdió la final de Segunda División, pero el año entrante igual jugará en la Liga de Ascenso porque así le da la gana a sus dueños, que son los mismos del Santos. Por otro lado, Cimarrones sumó 8 puntos en el Apertura y 10 puntos en el Clausura, pero su abandono no le condena al descenso, como tampoco bajó el Celaya la temporada pasada, ni ningún equipo de la vomitiva Liga de Ascenso desde 2009.

Desapariciones, todas: Caimanes, Lagartos y Guerreros de Tabasco, Petroleros de Salamanca, Tuberos de Colima, Alacranes de Durango, Guerreros de Hermosillo, Indios y Cobras de Juárez, Estudiantes de Altamira, Toros Neza, Delfines de Ciudad del Carmén, Gavilanes de Nuevo Laredo, Ballenas Galeana, Real Zamora, Unión de Curtidores, Brujos de San Francisco, Atlético Potosino, Marte, Tecos, Irapuato, La Piedad y San Luis son algunas de las aficiones que han sufrido la defunción de sus clubes en tiempos recientes. Equipos que se largaron a especular a otro lado del que pronto se irán. Franquicias desechables que juegan sin pudor con la ilusión de pueblos que jamás tendrán un equipo de la secuestrada primera división.