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El último dragón

Dos ligas en 11 años. Eso es todo lo que se le escapó al FC Porto entre 2002 y 2013. Dos títulos: el de la campaña 2004-05 (la temporada en que ejercieron como campeones defensores de la Champions) y la 2009-2010, cuando por lo menos ganaron la Taça, nombre de pila de la Copa Portuguesa. Entre títulos nacionales y europeos, copas y supercopas, dobletes y tripletes; las vitrinas de Os Dragoes se abrieron religiosamente cada año para alojar nuevos trofeos. La última temporada en blanco databa de 1989. ¡Mil novecientos ochenta y nueve! …Y entonces llegó Héctor Herrera.

De eso apenas tres años, pero los únicos del plantel que ya estaban por entonces y ahí siguen son los veteranos Helton y Silvestre Varela. Odiosa la vida, el primer club europeo en la historia que ha apostado decididamente por el mercado mexicano (Herrera, Reyes, Gudiño, Layún, Corona y Govea) suma ahora tres años de ayuno y abstinencia.

El éxito sostenido del Porto se había fundamentado en su excelsa política de fichajes. Vender hasta a tres titulares al año, más nunca desmantelarse. Ingresar alrededor de 80 millones de Euros por torneo e invertir menos de la mitad en refuerzos era la norma. Todo empezó en 2004, cuando Deco se fue al Barça, mientras Carvalho y Ferreira partieron al Chelsea.

Ser fichado por el Porto equivalía a una beca en Harvard: quien se graduaba de ahí, tenía abiertas de par en par las puertas de la galaxia. James Rodríguez y Radamel Falcao, aunque de presente incierto, fueron egresados honoris causa. Hulk se convirtió en el octavo futbolista más caro de todos los tiempos cuando partió a Rusia. El resto ha sido tomadura de pelo, cuando no atraco: Jackson Martínez al Atlético, Anderson al Manchester United, Danilo al Real Madrid y Mangala al Manchester City, todos por más de 30 millones de Euros, dan fe de ello. Quaresma, Bosingwa, Iturbe, Fernando, Aly Cissokho, Imbula o Alex Sandro son un puñado de fiascos vendidos a precio de promoción entre 15 y 25 millones de Euros.

Pepe, Moutinho, Lisandro López o Lucho González son excepciones que sí satisficieron al cliente en la relación calidad-precio. Pero si el Porto ha logrado vender producto de dudosa calidad a precio de oro y sin garantía incluida, se debe a que siempre ofreció futbolistas campeones. Y éstos llevan tres años saliendo del Benfica: tricampeón por primera vez desde 1977.

En el último lustro Benfica ha invertido 217 millones de Euros en fichajes (un millón más que Porto) y ha facturado 475 millones de Euros en traspasos (cinco millones menos que Porto). El empate técnico en los despachos contrasta con la supremacía de las usurpadoras Águias en el campo.

Diecisiete generaciones después, la dinastía Targaryen ha perdido el Trono de Hierro. A ver cómo venden a unos dragones cada vez más pequeños.