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Fútbol mexicano Mexicanos en Europa

Europa, Europa

Estados Unidos está bien para visitar a la familia, hacer shopping o jugar partidos moleros. No es el sitio ideal para cultivarse, madurar, ni en términos generales mejorar como ser humano o futbolista. Con todo y sus perpetuos conflictos económicos, políticos y sociales, Europa es otro
pedo. El lugar donde todos quieren estar: sean turistas o jugadores de futbol.

A la selección no le hará daño quitarse por una vez el rebozo que siempre le cobija en fecha FIFA. Pero seamos sinceros: jugar contra Polonia y Chile por esos lares tampoco nos guiará al quinto partido, ni hará mejores a nuestros futbolistas.

Si acaso, reportarse de inmediato con sus clubes les servirá a nuestros ‘europeos’ para pelear la titularidad con mayores garantías. Siempre viajan hasta el otro lado del mundo, juegan un partido irrelevante, sus compañeros entrenan el jueves mientras ellos vuelan de regreso, y el viernes se topan con la lista de convocados colgada en la puerta de sus respectivos vestidores: su nombre no aparece entre los convocados para el juego del sábado. Como la mala suerte nunca escasea, quienes los sustituyen cumplen, y para la jornada siguiente los técnicos repiten alineación encantados de la vida.

Jugar amistosos en Europa es una decisión más práctica desde una perspectiva deportiva. Y que la Federación haya tomado una decisión de esta inusitada índole debe celebrarse. Chicharito funciona. El trabajo en Chivas funciona. Las selecciones menores funcionan. Y a veces parece que
hasta ellos funcionan. Pero luego resulta que un chico que nunca debutó en el Atlas se va a Portugal por todas las de la ley y entonces la Federación saca el cobre.

Siempre sostuve que el día en que perdiéramos la cuenta de los mexicanos en Europa aspiraríamos legítimamente a estar entre los mejores. Mientras menos se contaminen por el halo de inmundicia que envuelve el sistema de incompetencia anclado en la liga mexicana, más probable será que tengan bases para imponerse en la lucha por la titularidad de sus equipos, y que
extiendan esa competitividad internacional cuando se junten para enfrentar a otras selecciones. Europa es el camino… y hacia allá vamos.