Una patada en los testículos me hubiera dolido muchísimo menos. “No me imagino a Miguel Herrera de futbolista”, dijo. ¿Cómo que no? ¿De veras no te acuerdas? ¿Qué edad tienes? “Diecinueve”, respondió con desdén.
¡Ahí está! Entonces cuando jugaba en Toros Neza tenías… esteee dos mil once… ¿qué será? Digamos mil novecientos noventa y ocho…trece años… No, espérame: 19 menos 13… ¡6 años! Es verdad: ¡no te tocó!… ¿Pero en serio no te puedes imaginar al Piojo en shorts?
Chale. En su vida vio a Miguel Herrera en otra faceta que no fuera la de entrenador. Y por ende nunca se tragó un chupirul, ni olfateó unos Bubble Gummers: los zapatitos más chavitos, recién estrenados. No sabe qué diablos es un Topaz, y mucho menos una avalancha Apache. ¿Qué quieres Barak?… ¡si tú todavía te divertías jugando con aquellos boxeadores de madera que nunca alcanzaban a pegarse!
Cumplir 30 es de la chingada. Ivo Basay y Tita salen de la nada con el pelo más blanco que Miloc. María Joaquina la de Carrusel, es toda una ñora. Roger Federer tiene tu edad, y ya es un veterano que está más cerca del arpa que del piano.
Tuviste un Mundial en casa, pero eras tan mocoso que no supiste entender la magnitud de lo que nunca habría de repetirse. Tienes la peor edad: ni eres tan joven para confesar que no viste jugar a Hugo ni a Maradona; ni tampoco puedes presumir el haber atestiguado otra cosa que no fuera su declive.
Te tocó ver a otras leyendas del futbol debutar o retirarse… pero jamás ambas cosas. Eso sólo le ocurría a los viejos. Hasta que en conferencia de prensa, Ronaldo te anuncia oficialmente que por primera vez en tu vida te has chutado una trayectoria desde el principio hasta el fin.
De hecho, el 90% de los futbolistas ya son más jóvenes que tú. Y por más bueno que sea tu jugador favorito, te das cuenta de que no es posible idolatrar a un mocoso que a lo mucho tiene la edad de tu hermano.Si viste jugar al Piojo Herrera, sabrás de qué estoy hablando. 🙁