Le cuadre a quien le cuadre, Francia es la mejor selección de los últimos 20 años. Su asistencia a la mitad de las finales del Mundial, sus dos Copas del Mundo y su subcampeonato a medio camino (llevando la final contra Italia hasta penales) dan fe de ello.
Nadie recuerda a Didier Deschamps entre los mejores mediocampistas de todos los tiempos. Sin embargo, llegó a cinco finales de Champions League con tres equipos distintos y ganó un Mundial. Como entrenador tampoco es reconocido por ser el más talentoso, pero su lucidez le ha bastado para dirigir finales de la Champions, la Euro y el Mundial. Porque va sobrado de lo más importante: criterio. Deschamps, se esscribe fácil, ha logrado templar un vestidor históricamente en llamas por su mezcla de egos, orígenes y razas. Tanto en 1998 como en 2018 Francia prescindió de su mejor delantero (Cantona y Benzema). Poco importó… quizá hasta haya dado en el clavo.
Reconocido lo anterior, probablemente nada de lo que ha logrado Francia desde 1998 habría ocurrido sin Zinedine Zidane. En 1998 anotó dos cabezazos en la final contra Brasil, en 2006 destiló magia de la buena contra España y Brasil antes de hacer historia con un nuevo cabezazo en la final. Ahora en 2018 su intempestiva renuncia al Real Madrid provocó un efecto dominó que, a grandes rasgos y de la manera en que quedaron configuradas las llaves del Mundial a partir de octavos, dejó a España fuera de la final en Moscú. De no haberse quedado sin técnico, lo normal es que España venciese a Rusia. Y a Croacia. Y a Inglaterra. Seguro que habría sido un sinodal más adecuado en la final para calibrar el potencial real de una de las cuatro mejores selecciones del mundo, pero que nunca en el tuvo que medir fuerzas con alguien de su tamaño: seguro que Brasil, Alemania o España por lo menos la hubieran despeinado.
Eso sí, no hay selección con mayor cantidad de talento en todas sus líneas. Francia, como Jamaica en los 100 metros o China en clavados, tiene en futbol la capacidad para ganar el primer, el segundo y el tercer lugar con los titulares, los suplentes y los descartes. Pónganle un portero a Laporte, Koscielny, Upamecano, Lenglet, Bakayoko, Rabiot, Coman, Martial, Benzema y Lacazette… y a ver quién los para. Sin olvidar que Payet estaba lesionado, Ribery retirado de la selección y que cracks como Mahrez, Aubameyang y Ghoulam nacieron en Francia.