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Ganémosle a Brasil

Esta vez no se me caían los dientes, ni andaba en pelotas por la calle. Tampoco tenía en puerta un examen para el que no había estudiado: La pesadilla de anoche fue mucho peor.

Estaba en el Nuevo Maracaná: Brasil jugaba la final del Mundial contra quién sabe qué selección. En la pantalla de Súper Alta Definición podían verse las patas de gallo del veterano Kaká al momento de abandonar el campo. En su lugar entraba con el número 18…

Desperté. ¿Acaso soy el único angustiado? Leo de Nery por aquí, oigo de Nery por allá, veo a Nery hasta en mi sopa, mientras a nadie le interesa el futbolista del Barcelona B. Ni siquiera les preocupa escribir bien su nombre. ¿Giovanni Dos Santos? ¿Giovani Do Santos? ¿Qué más da?, ya lo llamarán para la sub-20.

El paraguayo José Montiel ya sabe lo que significa ir a un Mundial de a deveras. El turco Nuri Sahín disputa con su selección las eliminatorias rumbo a la Euro 2008. Ninguno de ellos brilló como Giovani en el Mundial sub-17, pero en sus países sí comprenden que la edad es mera estadística.

Por ahora, al mexicano- brasileño le va bastante mal en un equipo que amenaza con descender a la tercera división española. Nunca en la historia el filial del Barça anduvo peor, pero el presente de Giovani les vale madre. Tal parece que sólo importa su futuro.

Hablemos en futuro, pues: ¿Qué pasará después? ¿ Y si debuta en el primer equipo? ¿Y si de veras resulta un crack? ¿Y si para entonces aún no ha sido convocado a la selección mayor?

Ya saben qué seguirá… Brasil se meterá en el camino y Giovani Dos Santos se convertirá en el peor error de la historia del futbol mexicano. ¿Qué nos cuesta ponerlo a jugar en un amistoso y así evitarnos el drama?

Porque si Giovani se queda en un proyecto de futbolista no habremos perdido nada; pero sí nos sale el nuevo Ronaldinho, seguramente se arrepentirá de haber jugado con México en lugar de esperar al llamado de Brasil. Afortunadamente, entonces será demasiado tarde.