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Nueve goles

Para una vez que alguien la arma en Europa, nos sale con esto. Cuando Hugo Sánchez se atragantaba de Pichichis, nuestra selección era bloqueada de Italia ’90. El año en que Chicharito jugó de titular una final de Champions, resulta que no hubo Mundial. Y justo ahora que Carlos Vela es figura en el Viejo Continente, ocurre lo que acontece.

Conviene recordar que cuando Vela era malo no se perdía ni una convocatoria. Arsene Wenger no lo ocupaba ni para rellenar la banca del Arsenal y Carlitos acudía sin rechistar cada vez que Hugo, Sven, Chucho, Vasco o Chepo requerían sus servicios carentes de puntería. 

Debimos sospechar su desarraigo desde hace mucho. El chamaco tenía 17 años, llevaba dos horas viviendo en Salamanca y ya tenía el acento más marcado que Hugo Sánchez. ¿Y qué decir de cuando le metió ese rascuache golecito a Italia y mandó a callar hasta a Josefa Ortiz de Domínguez? Si no recordamos sus otros goles en selección es porque fueron a El Salvador, Haití, Venezuela, Perú, Estados Unidos, Guatemala y Nueva Zelanda.

¿Ir al Mundial? Ya lo hizo en Sudáfrica y no le gustó la experiencia. ¿Aprovechar el escaparate para irse a un grande de Europa? Ya estuvo mucho tiempo en el Arsenal y la pasó bastante mal. ¿Firmar un contrato millonario? Ya tiene lana suficiente, mucho más de la que imaginó nunca. 

¿Olía que el grupo no lo iba a respaldar después de haberse auto exentado de las humillantes eliminatorias? ¿Sabía que de haber dicho sí, le habríamos tatuado la incómoda etiqueta de salvador? ¿Es muy tonto o demasiado listo? A lo mejor todo se reduce a que Vela, a sus 24 años, no tiene otra ambición que la de vivir cómodo, lejos del enfadoso escrutinio y sin otra responsabilidad que la de trabajar un par de horas, seis veces por semana, haciendo lo único que sabe hacer. Quizá prefiera tener dos meses más de vacaciones que el resto. ¿Y quién no?

Tardó mil años en decirlo con todas las letras, pero al fin sabemos que no contamos con él en Brasil y ya es ganancia. Ni modo. Al fin y al cabo, luego de tanto papel y tinta desperdiciados, toda la historia de Carlos Vela en la selección se sintetiza en nueve goles. Casi los que hizo Zague en un solo partido.