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Fútbol internacional Real Madrid

Real Ardid

“Enemigo en la contienda, cuando pierde da la mano, sin envidias ni rencores, como bueno y fiel hermano…¡Hala Madrid, Hala Madrid! A triunfar en buena lid, defendiendo tu color…”

A las malas y a las peores, el Madrid ha intentado pulverizar al mejor Barcelona de la historia. Primero volvió Florentino Pérez y con él sus fichajes galácticos. Pagó cantidades escalofriantes por Cristiano Ronaldo y Kaká, pero fichar a los dos últimos balones de oro no fue suficiente. Entonces trajo a José Mourinho, la némesis del cuadro enemigo, aún a costa de sacrificar aquellos valores por los que en  su momento había echado a Capello. Y ganó la Copa del Rey… pero perdió la Liga y la Champions. 

Debajo del agua, el Real Madrid lanzó difamaciones de dopaje; orquestó campañas para presionar a los árbitros de España y Europa, alegando beneficios al eterno rival; inventó desde su prensa ridículos conceptos como “canguelo” y los repitió año tras año hasta la extenuación. Ya de últimas acusó a los jugadores de Barça de tramposos y antideportivos ante la UEFA. Todo en pos de desestabilizar al enemigo, y lo único que hizo fue fortalecerlo. Porque si el Madrid hace 96 puntos, el Barça hace 99, y si el Madrid hace 99, el Barcelona se las arregla para hacer 100. Nomás por molestar.

¿Cómo va a merecer ganar un equipo que hace el triple de faltas, que tiene la tercera parte de posesión del balón, que dispara dos veces en 90 minutos? Me divierten aquellos que hablan de “robo al Madrid”. ¡Es imposible robarle cualquier cosa a quien no trae nada!

Teorías conspiratorias aparte, tal y como juegan unos y otros el Real Madrid solo tiene opción de ganarle uno de cada 10 partidos al equipo de Guardiola. De hecho ha ganado uno (en tiempos extra) y ya lleva nueve.

No sé qué me sorprende más; la falta de autocrítica merengue o su nula tolerancia ante un fracaso más. ¿Qué después de tanto descalabro, aún no aprenden a perder? En vez de dividir culpas entre directiva, entrenador y futbolistas; enfocan toda su frustración en factores externos. Se habla poco del enésimo fiasco de Florentino, de los errores de estrategia de Mourinho, del paupérrimo rendimiento de Kaká; y demasiado de Stark, De Bleeckere y Platini. Me da gusto: solo quien no repara en sus carencias, no tiene modo de remediarlas.