1.– No te das cuenta de que se está acabando el Mundial cuando ya nomás quedan dos partidos. Tampoco te percatas cuando empieza a ser mayor el número de días sin juegos que los días en los que hay competencia. Ni siquiera te cae el veinte cuando ya se está hablando más de Brasil 2014 que de Sudáfrica, como ha ocurrido en los últimos días; o cuando te descubres a las 4 y media de la mañana siguiendo en vivo por Internet a un molusco que en un pueblo de Alemania divaga entre dos contenedores para elegir en cuál de ellos meterse a comer. En realidad, te das cuenta de que el Mundial se está acabando cuando estás un viernes a la 1 de la mañana en una suite en Riviera Maya y terminas cediendo ante el enfadoso de Pepe Grillo: «faltan tres días, Barak… ¿Cómo chin… no vas a escribir tus reflexiones?» Y sí. Pudo más el remordimiento de conciencia.
2.- Contrario a medio mundo y a la mitad del otro, yo sí estoy a favor del partido por el tercer lugar. Para empezar, nos esperan demasiados sábados sin futbol de aquí a agosto como para encima andar desechando uno en pleno Mundial. Segundo: los partidos por el tercer lugar representar la última esperanza de ver un buen partido de futbol para todos aquellos que tras los años de experiencia hemos aprendido que de la Final puede esperarse todo menos espectáculo. Tercero y más importante: si solo se jugara un partido en la última jornada, la última alineación del Fantasy sería mero trámite (ocurre en la Champions); pero al tener dos partidos restantes, cualquier cosa puede pasar… como que el tercero acabe en primero, por ejemplo.
3.- Es tan decepcionante como inevitable: Cuando un personaje alcanza límites insospechados de calidad en su trabajo, llega el momento en el que descubre que haga lo que haga será igualmente idolatrado, y se embolsará la misma cantidad de millones de dólares, si no es que más sin necesidad de volver a esforzarse una sola vez más en la vida. Ejemplos: Matt Groening (creador de Los Simpson), Shakira… y el Pulpo Paul. Para predicar que Alemania y España serán vencedores no hacían falta ocho tentáculos de frente.
4. No sé a quién le voy en la Final y a estas alturas eso se siente muy raro. Por un lado desde siempre he sido fan de la selección holandesa, pero hoy por hoy esa afición no se sostiene por ninguna de sus dos bases: a) Su histórica filosofía de juego, b) Por primera vez desde Francia ‘38 Holanda no tiene a ningún jugador del Barcelona en su nómina. Por otro lado, me alegraría que una selección con siete jugadores de mi equipo en su once titular alzara la Copa del Mundo, pero a su vez me declaro incapaz de alentar a ningún cuadro que tenga en sus filas a un futbolista del Real Madrid… y mucho menos a tres, incluido el que levantaría el trofeo. ¿Qué voy a hacer entonces para disfrutar la Final? Fácil: alentar exclusivamente a mis jugadores del Fantasy.5. ¿Y a quién le irá Florentino Pérez, por cierto? (Sé que más de uno detesta que meta al Madrid en mis reflexiones mundialistas, pero otra vez no lo pude evitar…) ¿Hinchará por el 80% del Barcelona dirigido por su oportunísimamente cesado Vicente del Bosque… o por la Holanda de sus mal vendidos y mal queridos Robben y Sneijder? ¡Espero que al menos él también tenga equipo en el Fantasy!