Categorías
Brasil 2014 Reflexiones Mundialistas

14 Reflexiones de Brasil 2014 | Día 17

1. Y al día 16 su amigo y servidor echó la hueva. ¿Qué dijeron?: «El Barak se la va a rifar hasta en los días en que no haya partidos…» Ja, increíble que a estas alturas del partido no me conozcan.

2. Si Napoleón hubiera salido decidido a acorralar a los prusianos, si la noche anterior no hubiera llovido, si al menos se la hubiera jugado a batallar en terreno húmedo… quizás entonces, hoy nadie hubiera oído jamás de Waterloo, porque Napoléon hubiera ganado para variar… Pero Napoléon no tuvo la suerte del que no se baña que hoy acompañó a Brasil. Si Pinilla hubiera apuntado dos centímetros más abajo, si a Alexis no le hubieran temblado las piernas a la hora buena, entonces recordaríamos la batalla de Belo-Horizonte de hoy hasta siempre. En cuartos de final contra Paraguay, España estuvo contra las cuerdas. Un penal fallado por Cardozo pudo ser el Waterloo del campeón del mundo (que nunca hubiera sido campeón del mundo) en 2010. En octavos de final contra Australia Grosso se inventó un penal que el árbitro compró a peso. Italia daba pena, no podía ser campeón del mundo en 2006 pero llegó hasta el final y nunca le tocó jugar en Waterloo. Así sucesivamente podemos repasar la historia de los mundiales y descubrir que casi todos los campeones, en un momento u otro, han causado la pena que hoy inspira Brasil. ¿Pasar a cuartos de panzazo significa que son unos muertos y que no tienen nada que hacer contra Colombia, o que ya sacaron el trébol y no queda nada que hacer contra su buena suerte? Me gustaría adscribirme entre los devotos de la primera hipótesis, pero creo que esto tiene más pinta de hacer buena la segunda. Será una pena porque este gran Mundial merece un gran campeón y Brasil no lo sería.

3. Francia fracasó en 1938 pero se desquitó en 1998. Italia fracasó en 1990 pero ya había triunfado en 1934. Alemania fracasó en 2006 pero la libró en 1974. Brasil pudo unirse hoy a México como único país capaz de pelársela dos veces en calidad de anfitrión. Chale.

4. Al principio Hulk se tiró un clavadazo que no le pitaron, luego perdió el balón causante del gol de Chile, después festejó a lo menso un gol anulado por presunta mano, al final falló su penal… y seguro que un perro lo orinó antes de subirse al autobús. Ni por esas el pecho frío estalla verde de coraje.

5. Los mejores comerciales previos al Mundial fueron los de Chile. Busquen las cuatro versiones de «Cerveza Cristal, Chile Mete Miedo» en Youtube para comprobarlo. De paso pueden disfrutar de: «33 Mineros – Apoyo a la Selección de Chile camino al Mundial 2014» en lugar de andar perdiendo el tiempo con las nueve reflexiones que faltan. El caso es que estos comerciales (aunque por razones obvias apostaría a que fueron realizados por una agencia argentina) reflejan el amor propio y la fe ilimitada que por una vez en la vida Chile depositó en sus posibilidades. Gran trabajo en lo táctico, pero sobre todo en lo mental el hecho en el país andino, caracterizado antes de Bielsa y Sampaoli más bien por caer presa de sus complejos.

6. Antes de que inventaran el grito de PUTO para ponerle sabor a los saques de meta, aprovechaba ese momento del partido en el que no puede pasar nada para asomarme a la ventana, cada vez que México jugaba un partido histórico: final de Copa América, final de los Juegos Olímpicos, etc… Decepción: siempre había coches en las avenidas y gente en las banquetas. A los comentaristas deportivos nos encanta dramatizar y mitificar el juego que nos da de comer y encandila. ¿Cuántas veces nos han dicho que equis ciudad se paralizó durante dos horas por un partido de futbol? No es cierto. Hay mucha gente a la que le vale un pepino. Así sea el Mundial, así se juegue en Brasil, así el anfitrión se la esté pelando en tiempos extra. Los autobuses circulan en las calles, uno tras otro. La gente camina por ellas (eso sí, la mayoría con camiseta de su selección) y la vida sigue con normalidad, por mucho que nos joda a los que esperamos ver una ciudad verdaderamente paralizada en torno a un partido de futbol. Si no pasa en Rio de Janeiro no puede ocurrir en ningún lado.

7. No es que se me haya ocurrido salir a comprobar cómo estaban las calles a medio Brasil-Chile. No tenía tanta curiosidad. Ocurre que una de las labores más aciagas en este trabajo de ensueño es cuando te mandan a cubrir a un bar las reacciones de la gente en frente del televisor. Ni te puedes emocionar, ni puedes consumir, ni puedes siquiera concentrarte en el partido. Ahora que lo escribo no logro reflejar lo ingrato de ese instante en el que todos menos tú disfrutan y sufren alrededor de un partido de futbol.

8. Sé que estoy solo contra el mundo pero me vale. Neymar no existe. No cuando no tiene espacios, no cuando tiene un rival de categoría. Tarda en definir en el mano a mano, le falta puntería, es demasiado liviano. Puede que se convierta con el tiempo en un jugador de época, pero hoy por hoy no vale ni una pierna de James Rodríguez partida a la mitad.

9. Desde ayer Río de Janeiro fue invadido por miles de colombianos y mucho más importante: cientos de culombianas. Su delantera es enorme (aunque un poquitito inflada), pero atrás no hacen agua ni muchísimo menos. El futbol les ha hecho justicia con una selección a su medida: buenísima.

10. Cuatro victorias en cuatro partidos. Todas espectaculares. Lo de Colombia es un escándalo. Una selección que no clasificaba desde hace 16 años (ninguna de las otras 30 selecciones tuvieron que esperar tanto para volver a un Mundial si obviamos a la debutante Bosnia). Encima tuvieron la mala pata de perder a su figura absoluta. Disculpen el sacrilegio pero casi me alegro de que no esté Falcao. Nunca lo sabremos pero especulo que en caso de haber jugado, no hubiera sido posible esta versión de James Rodríguez en todo su esplendor. Nunca nos habríamos enterado de lo que nos estaríamos perdiendo en este mundo paralelo con James disfrazado de James+Falcao+Messi en uno solo.

11. Ha sido un gran Mundial: los errores arbitrales de los primeros días quedaron sepultados. Podríamos hablar del milagro tico, de los golazos de Robben y van Persie, del papelón de España, del sendero victorioso de Messi, de los cortes de pelo de Cristiano, del récord de Klose, del debut de la tecnología, del mordisco de Suárez, de las atajadas de Ochoa; pero bueno, para qué gastar saliva y desgastar teclados si todo lo vivido en Brasil 2014 queda perfectamente resumido en dos palabras mágicas: James Rodríguez.

12. Es mucho más fácil arbitrar mal un partido que arbitrarlo bien. Sobre todo porque arbitrar bien se trata básicamente de hacerlo perfecto y a veces ni así los árbitros escapan de las críticas. Por el contrario, si toman 99 decisiones acertadas y se equivocan en una, nadie recordará nunca su 99% de efectividad. Es por ello que hoy debemos gritar a los cuatro vientos que Howard Webb dignificó el arbitraje en Brasil 2014. Que lavó de una vez por todas el desastre ocasionado en la final de Sudáfrica. He aquí mi humilde e insignificante reconocimiento.

13. ¿Vieron la película del extraño caso de Benjamin Button? Arjen Robben parece de 40 años, tiene 30 y corre como si tuviera 20. El agua de Tlacote debería dar positivo en el examen antidoping. A ver cómo se las arregla nuestra MMMM (Memo, Moreno, Maza, Márquez…) para orillarlo a que el balón siempre le quede a la pierna derecha.

14. Veo factible que México le gane a Holanda. Aunque veo más factible -no mucho más factible pero un poco más factible-, que Holanda le gane a México. De todos modos, si en algún momento de la historia de los Mundiales México puede ganarle a Holanda es aquí y ahora. Si nos esperamos cuatro años estos tulipanes habrán florecido y en Rusia, creo, no habrá quien los pare. ¡Que pierda el peor!