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Brasil 2014 Reflexiones Mundialistas

14 Reflexiones de Brasil 2014 | Día 19

1. Un Mundial sin goleada de escándalo no es Mundial. Recuerdo el Rusia 6, Camerún 1 que hizo famoso a Salenko en EEUU 94; el España 6, Bulgaria 1 que no sirvió para nada en Francia 98; el Alemania 8, Arabia Saudita 0 con el que se empezó a gestar el récord de Klose en Japón 2002; el Argentina 6, Serbia y Montenegro 0, donde venía incluido el primer gol de Messi en Mundiales; finalmente el Portugal 7, Corea del Norte 0 en Sudáfrica 2010. El mejor Mundial de toda mi vida no nos ha deparado nada más humillante que el Francia 5, Suiza 2 o el Alemania 4, Portugal 0. (Y ya me estaba olvidando del España 1, Holanda 5 que ahí sí debieron ser como 8…) Nigeria y Argelia parecían hoy candidatos últimos al arrastre pero salieron bravos.

2. Que Francia tiene el himno más bello es un hecho incontestable. Sin embargo a sus seleccionados no suele gustarles. Unos no lo cantan por sentirse argelinos, a otros la Marsellesa les remite al himno de los colonizadores que arrasaron las aldeas de sus antepasados, al resto simplemente la pereza y apatía les inmoviliza los labios. Cuando antes del encuentro ante Nigeria vi a los 10 franceses cantar su himno (todos menos Benzama) me metí a Youtube para repasar si mis sensaciones eran correctas. Comprobé entonces que en Alemania 2006 medio equipo no entonaba la Marsellesa (Abidal, Vieira, Ribery, Barthez y Zidane). Luego en Sudáfrica 2010 Lloris, Evra, Gourcuff, Toulalan y Govou eran los únicos que tímidamente balbuceaban el himno, no fuera que sus compañeros se sintieran ofendidos. El pequeño detalle de la Marsellesa cantada sin vergüenza por el 90% de los seleccionados denota que esta Francia está por fin unida.

3. Aunque hoy sufrió más de la cuenta con Nigeria y se vio bastante peor que en la primera fase; si alguien onda la bandera del jogo bonito en Brasil esa es Francia.

4. Desde que se retiró Zidane, Francia no supo hacer otra cosa que el ridículo. Ocho años después vuelven a estar entre los ocho contendientes a levantar la Copa del Mundo. Y eso que no se trajeron a dos de sus tres grandes cracks: Nasri y Ribery.

5. México ha avanzado seis veces consecutivas a octavos de final, una hazaña que como hemos aprendido, sólo nos equipara con Alemania y Brasil. Hasta ahí. Luego, en las letras chiquitas viene que Alemania ganó el partido de octavos de final todas y cada una de las veces que lo jugó. De hecho la última vez que Alemania no llegó al quinto partido fue tras perder en cuartos de final contra Yugoslavia en… ¡Chile 62!

6. El partido de Argelia contra Alemania fue épico. Compitió desde el primer instante hasta el último respiro. No bajó los brazos ni tras el injusto 2-0. No se defendió con el autobús, ni dando una sola patada mal intencionada. Acorraló como pudo a Alemania, reconociendo que no hay mejor forma de prevenir el peligro que alertar al rival en su propia área. Argelia perdió un partido de futbol pero se ganó el respeto eterno. En adelante cada vez que nos refiramos a ellos, camuflaremos nuestra ignorancia recordando la mítica batalla de 2014, cuando pusieron a parir a Alemania.

7. Mantuvieron el ritmo, la presión y las líneas adelantadas durante 120 minutos. Cerraron todos los espacios habidos y por haber. No regalaron ni un metro. Argelia jamás levantó el pie del acelerador ni se echó atrás. Perdió como equipo grande (…no como otros.)

8. Las choco-aventuras de Argelia en 2014 hubieran sido un exitazo de grandes y chicos en cualquier otro Mundial. Su andar tuvo la dosis de ternura que no puede faltar en ninguna Copa del Mundo. Pero llegaron tarde a la repartición de simpatía y atención. Todos se quedaron en la inacabable fiesta sorpresa de Costa Rica.

9. Hoy Alemania salió con siete titulares del Bayern, misma cantidad de barcelonistas que tenía España hace cuatro años. ¿Será Guardiola el ganador intelectual del Mundial por segunda vez consecutiva?

10. Para empezar no se sabe ni poner las espinilleras. Medio torpe, desgarbado y terriblemente simpático… Thomas Mueller es la antítesis del alemán. A Nietzsche le daría vergüenza tener un paisano con esa pinta. Y sin embargo, Mueller lo hace todo bien: movimientos, lectura del partido, conducción, disparo, remate de cabeza, asistencias, desmarques. Nunca verán un futbolista más generoso, pues tira a portería solo cuando levanta la cabeza y comprueba que ningún compañero está en mejor posición para empujar el balón. Ídolo total.

11. Encima de todo, Mueller es el único ñoño que se presta a hacer las ridiculeces de táctica fija que ordena Joachim Löw. ¿Quién aceptaría hacer el ridículo por el bien del grupo si no él? Yo a Mueller lo quisiera de hermano menor, de yerno, de cuate o mínimo, de compañero en la oficina. Quien quiera que sea su roomate en Brasil se sacó la lotería. Y pensar que yo tengo que conformarme con el Tato Noriega.

12. Ni duda cabe que la primera fase fue brillante. La cuestión estaba en si los partidos a ganar o morir seguirían dándole la espalda a las artes especulativas. Son los partidos finales los que perduran en la memoria y dictaminan la calidad de un Mundial. La verdad es que seis partidos después, la cosa sigue de perlas.

13. El dato inútil: La última vez que avanzaron de ronda todos los líderes de grupo fue en Inglaterra 66. Y en aquel entonces sólo habían cuatro grupos. Si Bélgica y Argentina ganan mañana, los ocho primeros lugares de grupo habrán avanzado por primera vez en la historia. Ahí se las dejo, para que se cultiven.

14. Mañana por primera vez desde Francia 98, Argentina enfrentará en octavos de final a un rival que no es México. ¿La librará?