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Reflexiones Mundialistas Sudáfrica 2010

Reflexiones de Sudáfrica 2010 | Día 22

1.- Sabía que detrás de ese hombrecito de poca estatura y menos cabello, se escondía un ser vengativo. Lo adelanté en las reflexiones de ayer. Pero no contaba con que además fuera tan rencoroso, tan sañudo, tan malévolo y tan inmisericorde. Hoy Holanda no le ganó a Brasil. Le ganó Wesley Sneijder: el mejor futbolista de este Mundial junto a David Villa y desde hoy, el líder en la carrera por el Balón de Oro 2010. Sí. El que pataleó hace 10 meses para no irse del Real Madrid, el que rogó para que no le hicieran el feo, el futbolista que estaba dispuesto a aceptar el disparejo reto de pelearle el puesto de titular a Kaká, el que salió por la puerta de atrás del Bernabéu, y el mismo que volvió poquito después nomás para levantar la Champions y llevársela a otro lado. El patito feo es hoy el más despampanante de los cisnes y de paso, terminó por arrancarle el acento a la última vocal de su antagonista brasileño. ¡Aguas por dónde pisas, Florentino!

2. El otro héroe del día se llama Luis Suárez. Hay menos poesía maldita alrededor de su historia, pero estoy seguro de que el charrúa renunciaría a todos y cada uno de los cincuenta y tantos goles que cascó esta temporada en pos de conservar su atajada de hoy. ¡Que lo vengan a ver!

3a. Cuando entró Abreu de cambio con el marcador empatado inmediatamente pensé: Si nos vamos a penales, ¿se apuntará?

3b. Cuando nos fuimos a tiempos extra, reflexioné: Y si llegara a tirar el quinto y definitivo, ¿se atreverá a hacer lo de siempre?

3c. Cuando llegaron los penales divagué: “El portero debe saber que él siempre los tira así, pero a la vez Abreu debe intuir que el portero sabe cómo los tira, y en el supuesto de que el portero también sepa que Abreu sabe lo que él sabe… ¿entonces debe esperar o tirarse hacia un lado?“ Decidí que el portero concluiría que tratándose del penal más importante de la selección uruguaya en los últimos 60 años, el uruguayo no se atrevería a hacer lo de siempre. Pero reculé: «Por algo le dicen el Loco, ¿no? ¡El tipo está peor que una cabra y es capaz de eso y más!… Sí. Va a tirarlo así», cambié de opinión. Además sabe que el portero sabe lo que él a su vez sabe que el portero sabe. Y por lo tanto, se va a quitar de enredos y va a pegarle como siempre.

3d. A la hora del quinto penal, Sebastián Washington Abréu Gallo, se enfiló al área justo como había aparecido en mi mente una hora antes: tan pronto como la transmisión lo enfocó por primera vez, listo para ingresar de cambio. Yo lo sabía, tú lo sabías, Tabárez lo sabía, Blatter lo sabía, el estadio entero lo sabía: El Loco iba a tirar suavecito y al centro… «¡Quédate parado Kingston, aguanta!… Total, si te quedas sembrado y el balón sale rumbo a un costado, de todas formas va a ser gol… ¡pero al menos no permitas que sea a lo Panenka!… Sé que estudiaste ayer en Youtube cómo los tira Forlán, cómo lo hace Cavani, de qué manera los ejecuta Suárez y por supuesto, cuál es el estilo que ha llevado a fallar tantos penales a Abreu… ¡Quédate ahí, Kingston, que no te coman las ansias!» …

3e. Cuando el portero africano se tiró al lado derecho un instante antes de que Abreu hiciera lo que todos sabíamos que haría, me pregunté: ¿Se lanzó pensando que el uruguayo sabía que él sabía cómo lanzaba los penales y por lo tanto, cambiaría de estrategia? ¿O simplemente no tenía ni idea de quién era Abreu y mucho menos de cómo acostumbraba cobrar las penas máximas? Pagaría por entrevistarlo.

4. ¿No les parece un poco inhumano eso de los tiempos extra? El 99% de las veces no son más que una insoportable agonía para todos los implicados previa al volado. Hoy lo fueron hasta medio minuto antes de consumirse por completo. Las manos de Luis Suárez volvieron a hacer del Uruguay – Ghana lo que había sido hasta antes de los tiempos extra: el mejor partido del Mundial. Al menos FIFA debería contemplar la ampliación a dos cambios más cuando se jueguen tiempos extra. Pero en más de 20 años que llevo viendo futbol nunca he escuchado a nadie proponer algo tan elemental para mejorar la calidad de los partidos verdaderamente importantes, en lugar de siempre chutarnos un concierto de media hora de calambres.

5. Sabíamos que este viernes veríamos el partido más épico de Sudáfrica 2010, soñábamos con un guión que incluyera goles de fuera del área, tiempos extra, una mano heroica, un penal fallado en el último de los minutos, y tal vez un gol a lo Panenka que definiera el boleto a semifinales. Tuvimos muy buena intuición… pero lo que nunca pensamos es que veríamos todo eso a partir de la 1:30 PM, y nos quedaríamos esperando a las 9 de la mañana. (Dos horas menos para mis amigos del Noroeste).

6. Solo un mugre vicio llamado Fantasy es capaz de ensombrecer tanta emoción. ¿Pero qué necesidad de amargarse la vida? ¿Mi berrinche de hoy? Ni por dónde empezar. Amarillas por aquí, amarillas por allá, amarillas por en frente y amarillas por detrás. Solo una restricción en el festival de tarjetas: que todos los sancionados integraran las filas de mi equipo. Mi defensa hace agua, Robben falla una, dos y tres veces solo ante Julio César… obvio: típico jugador que teniendo el partido en la bolsa, ni por asomo repara en las ilusiones de todos aquellos que apostamos por él como capitán en nuestro Fantasy. Después, Lugano lesionado en el primer tiempo: mi único defensa con aspiraciones de hacer más de dos puntos se marcha del campo antes de sumar nada. Me queda una sola esperanza: mi delantero ghanés Asamoah Gyan. A continuación, 119 minutos de un vibrante partido que a mis ojos solo gira en torno a él y a sus posibilidades de anotar un golecito que me saque un poco del charco de inmundicia en el que mi equipo tuvo a bien sumergirse… ¡Penal! Alegría, júbilo, éxtasis porque lo tira Gyan… Travesaño. Por último, mi portero Muslera detiene dos penales en la tanda final. Eso me reportará unos 8 puntitos según mis cálculos. ¿Cuántos fueron finalmente?: Ocho puntitos menos de los presupuestados. Y es que para el Fantasy, el partido se había acabado tan pronto como se consumó la última de mis desgracias. ¡Adiós Top 10!

7. El consuelo que todos tenemos en esta vida es que por mal que haya salido nuestro día, siempre habrá algún pobre diablo al que le fueron peor las cosas en alguna parte del mundo. Pues bien: a Asamoah Gyan no le quedó ni eso. Pienso en el trabajo que me costó conciliar el sueño la noche en que fallé dos shoot outs que le hubieran dado a mi siempre mediocre equipo el pase a su primera final. Estuve atormentado, esclavo de mis malos pensamientos, moralmente torturado. Por mi mente pasaron miles de alternativas de lo que pude haber hecho en lugar de que me temblaran las piernas. Y era un torneo rascuache, ¡de futbol rápido! (sí, ni siquiera de futbol 7), a nadie en el mundo le interesaba el marcador, nadie fuera de compañeros, rivales y árbitros atestiguaron mis yerros… ¿Verdad que les ha pasado algo así? Pues ni un grano de arena ante la inmensidad de fallar el penal más importante en la historia de todo un continente. Dediquémosle todos por favor este instante de reflexión al buen número 3 de Ghana. Seguro que se la está pasando fatal.

8. Me encanta la combinación Holanda + Uruguay en la semifinal de un Mundial. Significa que los menores de 40 años veremos por fin a un equipo nuevo en la Final… y a la vez que volverá a avanzar hasta ella un equipo clásico del futbol, confirmando aquella teoría de que a estas instancias solo deben llegar los de siempre.9. Me alegré por la victoria de Holanda sobre Brasil pero temo enormemente por su repercusión en la historia. Hoy Holanda, la que nunca ganó nada deleitando, ha descubierto que lo más rentable es ser práctico. ¿La perdimos definitivamente? Me envuelve una sensación más agridulce que la salsa con la que suelo bañar a mis Mc Nuggets.