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Fútbol mexicano Liga MX

Sub… desarrollo

El entrenador es un imbécil. Los jugadores son una bola de huevones. Los directivos, unos malditos. Desde el fracaso de la selección en México 68 hasta nuestros días seguimos repartiendo las mismas culpas, enarbolando argumentos idénticos, repitiendo soluciones xenófobas ante cada impresentable representación de nuestras selecciones menores: ¡hay que reducir el número de extranjeros!

Ver al foráneo como un invasor que nos quita las fuentes de empleo, en lugar de un competidor que nos enriquece y orilla a ser mejores para superarlo. Construir barreras físicas o mentales es un recurso tan viejo y a la vez, tan de nuestros días que solo evidencia la simpleza en el razonamiento de sus arquitectos.

México perdió contra Italia, una selección que al prescindir de sus cinco figuras echó mano del portero del Ternana, el central del Foggia, el contención del Ascoli o incluso elementos del Lucchese y Ravenna. La selección azzurra, como la mexicana, tenía pocos minutos de experiencia acumulada en Primera. Pero muchos, muchísimos en el futbol profesional, con jugadores titulares en equipos de Serie B y Serie C. 

A diferencia de Diego Lainez, Take Kubo (el «Messi japonés») no fue convocado al Mundial de Polonia. A su compañero de crimen Hiroki Abe tampoco le dieron permiso, situación similar a la que vivió Jonathan González. Ante la problemática de no contar con las dos grandes estrellas de su generación, Japón puso a Wakahara, Fujimoto o Koki Saito: jugadores titulares de la segunda división japonesa que acompañaron en el campo a aquellos que no gozan de suficientes minutos en primera. Juntos golearon a México.

Justo al mismo tiempo en el que nuestra selección hacía el ridículo en el Mundial sub 20, la Liga de Ascenso anunciaba que: a) Veracruz no es uno de sus integrantes (excelente noticia para cualquier competición que aspire a ser medianamente seria); b) Colima es bienvenido (tras tres años seguidos de cerrar el ascenso al campeón de Tercera); c) Todos los equipos de la Liga de Ascenso tienen derecho al ascenso (que dejaran de tenerlo fue una de las mayores aberraciones en la historia del futbol mexicano); y d) las victorias de visitante sumarán 4 puntos (con la excepción de criterios indescifrables para cualquier poseedor de dos o más neuronas).

Como evidencia nuestra segunda división, al futbol mexicano no le sobren extranjeros. Le falta estructura, seriedad y sentido de la vergüenza.