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Trasatlántico amarillo

“Y el año que viene Milan – Villarreal, el año que viene Milan – Villarreal, lalalalalalalalalalala Milan – Villarreal…”.

-Cantos en el balcón del Ayuntamiento de Vilarreal- (28 de mayo de 2005).

Era un cántico irreverente, casi irresponsable. Pero aquella noche todo estaba permitido y los jugadores del Villarreal, convertidos en héroes luego de lograr el tercer puesto de la liga, aprovechaban su impunidad para soñar con enfrentar al Milan en la siguiente Champions League. Quizá tendrían la suerte de topárselo en la ronda de grupos. La euforia era descomunal, pero ni el más borracho de todos conjuraba un Milan – Villarreal en París. Eso era demasiado.

¿Qué pasaría si les adelantara que el Club de Futbol Tlapacoyan llegará a semifinales de Copa Libertadores en 15 años?… Seguro no volverían a leerme en toda la vida. Pues algo así era vislumbrar al Villarreal de ahora en el no tan lejano 1991.

Entonces, los castellonenses jugaban en donde le corresponde a cualquier pueblo de 45 mil habitantes: la tercera división. Llegar a segunda era poco más que una utopía para un club que tardó casi 70 años en alcanzar la Segunda “B”.

Pero como esto no pretende ser un folleto de la historia del CF Villarreal, resumiré que siete años después ocurrió la épica: ascendieron a Primera División. Y siete años más tarde jugaban la Liga de Campeones.

Sobra reconocer que la hazaña no se logró precisamente con carpinteros, panaderos y gente del pueblo en general. De hecho, ningún vestidor europeo alojó nunca a semejante cantidad de latinoamericanos. A saber: seis argentinos, dos uruguayos, un brasileño, un boliviano y un “mexicano”. Todos ellos al mando de un chileno. Ni Simón Bolivar lo hubiera soñado.

Claro está que no basta con reclutar ‘sudacas’ con pasaporte europeo. También hay otras cositas por hacer. Como pagar al Manchester una bicoca por Forlán y luego hacerlo campeón goleador de Europa. O pedir prestado a un aletargado Riquelme; despertar al Román de Boca y después, hacerse pato al Barcelona para quedarse con él.

Todos sabemos que el submarino perderá contra el Arsenal… ¿Lo sabemos? El Villarreal apenas ocupa la media tabla en España… aunque en la Premier League, el Arsenal oscila en idéntica mediocridad. El bota de oro Henry juega para el rival… aunque ellos tienen al bota de oro Forlán. Es cierto que sobre el submarino pesará la inexperiencia… y no es menos cierto que su rival sentirá el mismo temblor de piernas, porque a pesar de su grandeza tampoco había llegado tan lejos.

Ahora mismo nadie se asoma al balcón del ayuntamiento, pero las voces siguen cantando. Y lo seguirán haciendo… Milan – Villarreal… Milan – Villarreal. Es el eco de aquella noche de mayo.